El salto de altura es una prueba del actual atletismo que tiene por objetivo sobrepasar una barra horizontal, denominada listón, colocada a una altura determinada entre dos soportes verticales separados unos 4 metros.
El saltador inicia su competición en la altura que estime oportuna y dispone de tres intentos para superarla. Una vez superada la altura, el listón se sitúa 5, 4 ó 3 cm más arriba, dependiendo de la normativa de la competición que se dispute y el atleta dispone de otros tres nuevos intentos para superarlo, pudiendo renunciar a esa altura y solicitar una superior, y así sucesivamente hasta que incurra en tres intentos fallidos de forma consecutiva, que implican su eliminación de la prueba.
El salto de altura en su modalidad masculina forma parte del programa oficial de los Juegos Olímpicos modernos desde su primera edición, celebrada en Atenas en 1896. La modalidad femenina no debutaría hasta los Juegos celebrados en 1928, en Ámsterdam.
El saltador inicia su competición en la altura que estime oportuna y dispone de tres intentos para superarla. Una vez superada la altura, el listón se sitúa 5, 4 ó 3 cm más arriba, dependiendo de la normativa de la competición que se dispute y el atleta dispone de otros tres nuevos intentos para superarlo, pudiendo renunciar a esa altura y solicitar una superior, y así sucesivamente hasta que incurra en tres intentos fallidos de forma consecutiva, que implican su eliminación de la prueba.
El salto de altura en su modalidad masculina forma parte del programa oficial de los Juegos Olímpicos modernos desde su primera edición, celebrada en Atenas en 1896. La modalidad femenina no debutaría hasta los Juegos celebrados en 1928, en Ámsterdam.